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Kendra es sin lugar a dudas una de las MILF más bellas del porno americano. Y lo curioso es que entró en el negocio relativamente tarde. Al parecer durante sus años de universidad trabajó un par de veranos como stripper para pagarse la carrera y descubrió placeres ligados a su propio cuerpo que no conocía. Después de graduarse empezó a ejercer como enfermera y vivió una vida normal durante años, con el gusanillo de su propia liberación sexual luchando por salir de su interior. Finalmente a los 34 años de edad ya no pudo más y colgó la bata para calzarse los tacones para seguir sus instintos y su vocación.

Fue algo gradual, empezando son un sencillo programa por webcam que le ayudó a perder el miedo a la cámara y a darse cuenta de cómo los hombres la adoraban, y eso la impulsó a grabar sus primeras escenas porno. Se le dio tan bien que las grandes productoras no tardaron en solicitar sus servicios, y ahora es una de las pornstars más queridas de la industria. Dice ser una apasionada del fitness, que le ayuda a mantener un glorioso culo como una veinteañera, y goza tanto del trato con compañeros como Kelly Madison, Kendra Lust, Brooklyn Chase o Anikka Albrite, así como el roce con sus fans en las convenciones a las que acude. Quienes trabajan con ella aseguran que es una de las personas más humildes y bondadosas que conocen